LA PREPOTENCIA

La prepotencia y el orgullo son en mi modesta opinión hermanos gemelos, pues los dos son las armas que utilizan los seres humanos, para tapar lo que no quieren aceptar de ellos mismos, como es el complejo de inferioridad que llevan arrastrando.

Son mortíferas y corroen las paredes del espíritu, hasta que se convierten en los dueños de la personas y son desgraciadas toda su vida.

Son todo lo contrario a la humildad o sencillez y quien es víctima de ellos no han sido, ni serán jamás en sus vidas felices, pues lo perderán todo y siempre se irán lamentando de sus fracasos culpando a los demás.

Llevan lo que son en el exterior, para disimular con más fuerza lo derrotados que puedan estar por dentro, pero que no les sirve para aprender del bien, sino para hacerse peores todavía.

Estas personas abundan mucho en la actualidad y los hay que son iguales, pero utilizan el disfraz de la humildad que está roto por todos las partes y se les ve el verdadero yo por debajo.

En el fondo no pueden soportar reconocer lo que son y eso les lleva a una cobardía muy grande y a cometer errores, que por la maldad que llevan asociada a la prepotencia y a que se creen saber mucho, caen ellas mismas y se quedan al descubierto.

La cara es el espejo de alma y este tipo de personas en general, tienen una mirada fría, la saben controlar muy bien y si necesitan sonreír lo hacen, para dar a entender que son buenas, cuando son todo lo contrario y se les cala enseguida cuando se les llega a conocer profundamente.

Son posesivas, dominantas, agresivas, calculadoras, premeditadoras, roban lo que pueden, son cobardes y al final te acribillan sin piedad, para conseguir lo que se proponen; no conocen la sensibilidad ni tienen buen corazón, son actores o actrices en potencia y hay que ser muy listos para darse cuenta de lo que son capaces de llegar a hacer para convencer a los demás de lo que son ellos.

Son peligrosos para los escasos que somos profundos y estamos llenos de amor, pero se olvidan de que los favoritos del Señor son intocables, por eso cuando ya se les ve el plumero, se esconden escribiendo tebeos que no pueden ser peores, porque se les va todo por la chimenea del calor cerebral, que está lleno de paja y se les quema enseguida.