I
Estoy nerviosa y con unas ganas inmensas de ver aparecer, a la mujer que me ha conquistado y que se ha convertido en mi gran amor para el resto de mi existencia. Las dos estamos igual y deseando de que llegue el domingo, pues nos une una historia similar y nos buscábamos mutuamente, sin saber, que ella estaba tan cerca de mi y yo de ella.
Su coche es rojo y mi chica tiene el rostro de la mujer que siempre soñé, le encanta el mar y nuestros gustos son comunes, sabemos lo que queremos y lo que sentimos y cuando nos tengamos delante nos daremos un abrazo muy grande, para acabar dejando su equipaje y ponernos delante de la cruz con el propósito de pedirle al Señor que sea nuestro guía y haga más fuerte lo que sentimos, en el convivir del día a día.
Mi estómago sube y baja, mi corazón tiembla y va a mil por hora, me estremezco solo con escucharla y me expresa lo que nunca nadie me ha dicho, tenemos un mismo horizonte divisado, caminaremos juntas hacia él cogidas de las mano, no le importa mi silla y solo me ve a mi, queremos ser felices juntas y que nuestro amor no tenga fin, pues será amor del bueno, del verdadero, del que no se acaba nunca y cuando algo nos separe será solo la muerte, pues vendrá la orden de nuestro Padre...
Tenemos miedo las dos, pero es de las ganas de vernos, nos pasa lo mismo y parecemos dos niñas, que se conocen desde siempre, pero que se verán el domingo cara a cara...
Ahora, ya no queda nada de tiempo y sin embargo, hay un océano de felicidad que nos espera, porque nos queremos tanto, que estamos seguras de que todo será mejor y en nuestro amor no existirán los límites ni las fronteras...
La gente me ve feliz y cantar, saben que cupido ha entrado en mi casa, mi auxiliar también se ha enamorado y lo pasamos bomba compartiendo la alegría, que llevamos reflejada en nuestras caras y parecemos dos chiquillas, pues ella ha encontrado a su hombre y yo a mi mujer, dos amores distintos, pero sobre todo amor, amor, que es lo que importa, pues el verdadero amor no tiene sexo y si mucha profundidad de espíritu, que se manifiesta a través del cuerpo, para poder amar, ser correspondida, saber recibir, poder dar y que se haga más fuerte contra viento y marea, porque es indestructible y persiste en el más allá, pues es una balanza equilibrada y en el medio está la virtud...
Hola Carmen,bonito y colorido blog,es un placer verlo así.
ResponderEliminarYa era hora de que el rosa estuviera en tu vida.
Besos
Querida amiga: Tú y yo sabemos que existen los milagros y el mío lo pedía tanto que ya es el rosa del amor, un amor que se ha apoderado de mi y de ella. Soy feliz muy feliz y lo seremos para siempre, porque el verdadero amor no conoce la muerte..Un abrazo
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