LOS HECHOS

Decir te quiero, es fácil, pero demostrarlo es diferente y en el amor entre una pareja pasa lo mismo, por eso, me doy cuenta del valor que tiene la mujer que me ha regalado el cielo y de la que estoy locamente enamorada. Todos sabéis que soy una gran dependiente y ella, todas las madrugadas se levanta para cambiarme los pañales, pues estoy nadando al tener mi vejiga con el problema que se me degeneró junto a otros, en el infierno que me hicieron pasar y que desgraciadamente es incurable, pero nada me preocupa a su lado, excepto vivir con ella, hacernos felices, hacer el amor, besarla y haber conocido lo que siempre ha sido para mi, la verdadera causa por la que vale la pena todo. Mi mujer es un tesoro maravilloso, que tiene en su interior la presencia del buen amor, me valora, me ve preciosa, inteligente, luchadora y se desvive en traerme un café con leche a la cama y en hacerme las comidas tan exquisitas y que me controlan el colesterol, para que no me pase nada.

No tengo palabras, para gritar que los milagros existen, que de tanto llamarla me escuchó cuando miraba las estrellas junto al mar y me soñaba a mi con la gran coincidencia de tener los gustos casi iguales. Ella, cerró su casa y lo dejó todo por estar conmigo, por sentir la dicha a mi lado sin mirar mi silla de ruedas, me ve una mujer en todos los aspectos maravillosa y buena, lo que ella tanto deseaba y nuestra historia sentimental anterior es bastante parecida, excepto que ella tuvo dos años felices y yo ninguno, pues tropecé con un ser anormal, que me colocó todos los complejos suyos y un martirio familiar, que nadie hubiera aguantado ni un solo día y sin embargo, yo soporté durante cuatro años el terror de unos criminales sin conciencia, que me dejaron las secuelas de lo que me degeneraron con sus ataques y que es incurable. Todo se paga en la vida, se recibe la recompensa de los buenos corazones, se destruyen a los canallas que se ensañan con personas indefensas y nadie se escapa de una justicia, que empieza por la mano de Dios y acaba cuando es un delito, en la mano del hombre y es por eso, que no existe un plazo, solo hace falta paciencia y seguir luchando, para que acabe triunfando la verdad...