CREÍA QUE LA AMABA AL MÁXIMO

Cada día que pasa, creo no poder amar más de lo que la amo a la mujer de mi vida, sin embargo, aumenta a cada segundo, a cada minuto, a cada instante y cada día más y más. Mi sueño ya tiene dueña y es de carne y hueso, pues estoy loca por ella y me corresponde con los hechos y las palabras más bellas, que jamás he escuchado. 

Con ella, hago el amor todos los días y nunca hubiera podido imaginar, que se pudiera tocar el cielo de tanto placer y tanta entrega por parte de las dos. Mi mujer es sensible, apasionada, romántica, delicada y es mía completamente como yo lo soy suya, sin que nada exista a nuestro alrededor cuando estamos juntas. Ahora, ya puedo gritar a los cuatro vientos, que se lo que es hacer el amor y que nunca lo hice antes, porque me tomaron el pelo de una forma descarada y repugnante, pero nunca es tarde si la dicha es buena.

Cuando vamos por la calle, me coge de la manita, en el desayuno nos miramos y nos lo decimos todo y entre beso y beso nos salen las palabras más bonitas de unos sentimientos muy profundos e iguales. Mi gran amor es ella y solo ella, por eso, en cuanto podamos nos casaremos por lo civil y le haré la promesa de mi amor eterno, con la alianza que la selle y siga después en el cielo. La ilusión de mi existencia es esa y la haré realidad con ella, porque no había sentido nada igual y me hace escuchar música celestial, ver pajaritos a mi alrededor, el sol aunque llueva y sentir mi cuerpo estremecerse solo con mirarme y mirarla, cuando me coge entre sus brazos y me acaricia cada centímetro de mi piel y hacerme sentir lo que nunca he vivido.

Estoy en silla de ruedas y soy gran dependiente, pero mi mujer se encarga de todo y después me pone el pañal, pues mi higiene es de máxima calidad y no existen impedimentos cuando dos personas se aman de verdad. Estoy loca por ella y ella por mi, me ha devuelto lo que me arrebataron poniéndome complejos y viéndome una porquería, pero todo se pone en su sitio cuando llega de la mano de Dios y estoy siendo valorada, porque lo valgo, me lo merezco y soy un ser humano merecedora de lo que ahora tengo y que me negaron abusando de mi, al no poder defenderme.

Vuelvo a reír, a tener ilusiones, a pensar en un futuro sin importarme la muerte, lo tengo todo con ella y me sobra el resto del mundo, pues el amor es cosa de dos y cuando la maldad no está revoloteando mediante gentuza asesina, se pone de manifiesto la gran felicidad que conlleva compartir tu vida con quien vale la pena y es un tesoro de verdad..