Me ha despertado la ira de la naturaleza, que está haciendo estragos con los ruidos que hace y la rabia que lleva con la fuerza de su viento, que podría arrastrar y llevarse cualquier cosa. Nada es nada si nunca ha existido, por lo que no podría tener un nombre, sin embargo, para quien ha pasado por un calvario de miserables, que no merecen estar entre los seres humanos, esos si que lo tienen y muy conocidos por su víctima, pero a esos no se los lleva el huracán, porque ya recibirán su premio desde el cielo o desde la tierra, aunque aquí ya les haya comenzado a llegar regalos inolvidables, por parte de Dios.
Un ayer siempre tiene nombre y a veces más de uno, como les pasa a la gente que no saben de nada, excepto de la maldad violenta y agresiva, gente fracasada que no sabe ni hablar ni tener un diálogo, por lo que siempre serán seres solitarios apartados de los demás, para encerrarse en sus cuevas y hacer sus fechorías sin que nadie les vea, porque así lo piensan y se convencen de ello, porque son de metal y carecen de corazón de carne. Los enfermos que no se lo reconocen, bastante desgracia tienen, pues son unos ignorantes, que no desean curarse, aunque nadie cambia a ciertas edades, porque se es de una manera y a la cabra le tira el monte. Todo requiere su tiempo, pero los traumas se llevan toda la vida, aunque aprendas a vivir con ellos, las palabras se dicen para animar y son ciertas, los consejos también, las terapias, las salidas, pero si no te atontan, llegan las pesadillas, que te hacen volver a sentir el infierno pasado y te despiertas llorando, entre sudores y escalofríos. La diferencia del lugar está en la ausencia del enemigo, en las pisadas llenas de veneno que no te persiguen, en las miradas de envidia y de furia por un futuro de dicha que no llegarán a alcanzar, pero sobre todo, en las mentiras compulsivas que se tienen que formar y en el traje de la hipocresía que se ponen, para salir lo justo y encerrarse en la cárcel de sus soledades, aquellos insociables sin humanidad y canallas miserables, que no conocen más que de la maldad y las perversas acciones. Dedicado a todas las personas de las que se han aprovechado y en la enfermedad han maltratado y han abandonado, porque han sido salvados de una muerte segura y se la han dejado a esos bichos venenosos, que merecen estar en la cárcel y allí mismo recibir lo que tanto desean cada día...Ahora, me vendrán a levantar, a arreglar y me iré a desayunar y a la terapia de grupo en donde comparto con otras personas mis penas si lo deseo, o escucho las de ellos, con la charla del profesional que recibimos, que es muy interesante. Espero que nadie pase por algo así, pues olvidar no es fácil, se aprende a seguir adelante, a luchar, a sobrevivir, pero el tumor maligno que te provocaron en el cerebro, ése, está incrustado y no duele excesivamente gracias a la ciencia actual y a tus propios medios.
Nada que comentar, ya sabes lo que opino de que sigas con lo mismo.Bss
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