NO QUIERO MORIR SIN CONOCER LA FELICIDAD

A veces, pienso demasiado en la muerte, porque no me encuentro bien y no atinan con lo de mi parálisis de vejiga, sangrar y la infección que me provoca y me hace llevar tomando más de 25 cajas de antibióticos de distinto nombre, por lo que todo se me ha complicado también ante la pérdida de mioleperoxidasa y mis fuerzas están por lo suelos, pero hago un esfuerzo sobrenatural y salgo para no comerme la cabeza. No tengo miedo a la muerte, si antes entierro a mis pequeños y llego a conocer el amor verdadero de una mujer, que me corresponda y tenga buenos sentimientos, pues me gustaría conocer la felicidad, que nunca he tenido. Ahora, ya me han acostado y me han dado un poco de cena, estoy calentita, con mis pequeños, la estufa y el soplido brutal del viento tan fuerte, que se escucha demasiado escandaloso y parece un huracán. Soy consciente de que si mi destino es vivir la dicha con mi alma gemela, aparecerá y nos encontraremos sin buscarnos, pero si no es así, habré pasado por este planeta sin gloria alguna, aunque rica en sufrimientos y para ponerme un monumento de tanto como he pasado. Las personas con buenos sentimientos, estamos expuestas a sufrir más que el resto, porque tenemos la sensibilidad a flor de piel, pero si encima eres profunda y cariñosa no puedes dar libremente lo que te apetece, porque te pueden acabar llamando pesada y de alguna manera te ponen límites. Cada vez, estoy más convencida de que no encajo demasiado en la forma de ser de la gente, pues actualmente hay una coraza protectora en el interior de muchas personas, que la llevan puesta para no complicarse la vida, aunque siempre acaban pasando sus momentos malos, excepto los asesinos sin conciencia, cuyos escrúpulos se los dejaron en el vientre de sus madres. Estoy como el titánic y las aves, unas veces hundida hasta lo más infinito del mar y otras como las palomas del cielo, queriendo volar contemplando las bellezas naturales, pero tengo tranquilidad y paz gracias a la medicación, que me hace olvidar hasta la fecha de cada día y todo me lo tienen que apuntar, excepto cosas, que me han hecho muy fuertes y por eso ando atontada del sueño que tengo a todas horas, porque me quedo en blanco, no recuerdo a donde guardo las cosas y me ha consolado mi psiquiatra, porque es lo que me provoca el tratamiento tan intenso que llevo por mi grave depresión traumática y que me hace estar patética. Cuando me acaben todo, me voy a quedar en mi casa reponiéndome y durmiendo sin parar, hasta que me pueda ir a donde quiero viajar. No quiero morirme, tengo miedo, estoy asustada, quiero ser feliz y acabar compartiendo mi vida enamorada y siendo correspondida, ese es mi sueño y me mantiene la fe de que se haga realidad, pues todo es posible menos evitar cerrar los ojos para siempre...