Esta madrugada vino urgencias a mi casa, porque creía que me moría por culpa de la sonda, hasta ellas mismas me han dicho que no era normal, que no respondiera y que sangrara, por eso, les he explicado que me van a hacer unas pruebas, por orden del especialista que me lleva, para saber que me está pasando. Me daba la sensación de que iba a reventar y al final, he explotado y estaba calada hasta los huesos. Llevo sin dejarlos, 18 cajas de antibióticos y un reforzante, cada vez uno distinto y estoy harta de esta situación con tanto dolor insoportable, pues me parece que me va a dar algo. ¡Qué bonita es la salud!, con ella todo se puede alcanzar, pero en mi estado, me empeoraron y me pasó factura el sufrimiento que llevé arrastrando.
Que nadie hable de dinero, pues muchos ricos darían todo lo que poseen, por salvarse de un cáncer y eso demuestra, que la salud no se compra cuando te llega la hora. Morirme no me da miedo, me asusta la batalla del calvario, para cerrar los ojos eternamente y hacerlo sola, sin una mano que me coja y me despida estando a mi lado, diciéndome que me quiere y que he sido su único amor verdadero.
Hoy, al ponerme una sonda nueva, me encuentro algo mejor, pero he estado todo el tiempo acostada y sin salir a la calle, porque además gritaba el viento con todas sus fuerzas y daba pereza salir, acompañada del frío que hacía.
Todas las noches. veo un episodio de Autopista hacia el cielo, Monk, Se ha escrito un crimen, o una buena película de las que me veo sin cansarme y ellos, son mi compañía y mi distracción, aunque me entra la llorera, sobre todo en la de Michael Lándon. Ya tengo mi carta enviada al concurso y como se suele decir....LO IMPORTANTE ES PARTICIPAR....
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