Mi regalo de Navidad ha llegado a mi, para salvarme la vida, pues vivo muerta aunque respire, y llorando a lágrima viva, por estar en mitad de un sitio, en donde no veo nada y me tropiezo sin parar, de tanta oscuridad como hay por todos los lugares. Si no fuera porque me voy a finales de enero, me suicidaría con mis pequeños, pues estoy al límite de perder la cordura, de tanto como me pegan sin parar y me tratan como a una mierda. Ni tan siquiera puedo gritar, gritar todo lo que llevo dentro, porque me tapa la boca el terror, que me está persiguiendo.
Todo lo tengo ya, solo me tienen que reformar la cocina, el baño y las ventanas, pero enseguida me lo harán, y después viajaré para meter lo imprescindible, que compraré allí mismo, y regresaré a por mis cosas, para marcharme con la cara bien alta, habiéndolo dado todo y recibiendo puñaladas empapadas de veneno a cambio, un hola o el adiós de gente muy mayor, y las injusticias que he tenido que soportar, por ser la de fuera y marginarme negándome mis derechos con risas y tratándome a gritos. He hecho mucho por personas de aquí, que no conocen ni las gracias, pero no me importa, pues lo he hecho de corazón y el problema no es mío. Tengo que aguantar hasta esas fechas, porque algo inexcusable me retiene aquí, pero en cuanto lo tenga listo, saldré disparada y no regresaré si puedo evitarlo en lo que me quede de aire, excepto si mi juicio se celebra en Albacete y nada más. No quiero ni el olor de las flores del campo, de Casas Ibañez, pues debería llamarse Casas de corazas con limitaciones, pues llevan pistola aunque no se vea, para dar tiros sin parar y hay mucha discapacidad interior, porque no les hace falta de nada.
La experiencia ha sido muy grave, pero me rescatan, para irme con una sabiduría y un aprendizaje, que será para nacer de nuevo con todo lo que ahora se, y dejar atrás, los colgantes que me han puesto y que si pudieran prohibírmelo, no me dejarían salir tampoco, ni con mis pequeños.
Año nuevo, esperanza de supervivencia, pero no me extraña ya, que haya gente que no salga ni hable con nadie, más que el saludo de cortesía, pues es imposible caminar, sin que intenten hacerte caer, para que no te levantes más....
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