LA SIEMBRA DE DOS SEMILLAS EN BUENA TIERRA

Somos amigas y muy sinceras las dos, ella es heterosexual y yo no, pero nos respetamos, bromeamos con pureza y sabiendo lo que queremos en ese aspecto; nos pasamos por las narices, lo que puedan pensar los demás, pues es muy conocida por ser luchadora, una buena madre y si apareciera ese hombre especial, la enamoraría de verdad, como me pasaría a mi, si me llegara una mujer buena y capaz de amar sin mentir, ocupando mi corazón, para unirnos con la cadena del buen amor. Me gusta su gran interior, las dos hablamos y reflexionamos, tiene humanidad y es agradecida, detallista y fuerte como un roble, porque ha sabido defenderse en la vida, que también le ha dado sus golpes. Todo lo dice en la cara, yo también, a veces, ella dice derecho y yo digo del revés, pero acabamos riendo, con la suficiente madurez, de que estamos forjando una amistad, para que dure siempre sin dependencias y la libertad de decir si o no, si las circunstancias no nos dejan. Poco a poco, suavemente, sin desconfianzas ni recelos, para que crezca más cada día y sea bendecida por nuestro Padre del cielo, está creciendo la raíz de nuestra amistad, que se irá haciendo fuerte y ella sabe que mi casa, la tendrá abierta para siempre, pues cumplo mis promesas a rajatabla, a no ser, que me dejen a mi, dándome una patada. A veces le hago daño yo, otras me lo hace ella, pero no nos guardamos rencor, porque sabemos, que lo que reina, es la bondad de nuestro cariño y que no hay maldad, en las palabras de nuestras breves y pasajeras peleas. Es todo un carácter de gran personalidad, sabe muy bien lo que quiere y no ofrece fácilmente su amistad, pero ha sabido conocerme, valorarme y apoyarme en la adversidad. Hemos pasado momentos de cena, de fiesta y ha sido genial, pues me ha hecho sentir una juventud, que nunca conocí; hemos bailado, nos hemos hechos fotos y hemos pasado de todos, sin importarnos lo que puedan pensar, ha estado conmigo en el hospital y me ha consolado, me ha dado cariño y me ha visto sufrir, no le ha importado ir directa a atender a su madre, sin poder ni dormir, por eso una recompensa no cuenta, cuando alguien se lo deja todo, por estar ahí. En ocasiones grita y enseguida baja la voz cuando se lo pido, otras me hace llorar, porque se precipita antes de escuchar y luego es toda un caramelo, se vuelca en quien vale la pena, la quiere conservar y lo  tiene todo muy claro, porque diferencia un tesoro, de lo malo.

Mi auxiliar titular, es otra desde que me dieron el servicio, pero si ha cogido algún día, me han enviado una sustituta, pero cuando se pidió la excedencia de unos cuantos meses, solo me la enviaron a ella para un mes, pero me cuidaba como nadie y conseguí que la dejaran conmigo, los cinco meses que faltó mi original y que sirvió, para que ahora que me marcho, sigamos con esta amistad recién nacida y que deseamos mantener, porque nos llevamos muy bien, a pesar de nuestros defectos. Ella solamente, sabe a donde me voy, un lugar precioso, que he visto en vídeo y me ha gustado mucho, un paisaje abierto a la esperanza de una nueva vida, de un nuevo comienzo y de no seguir sufriendo, pues como dice el refrán, con todo lo que me han hecho ¡ojos que no ven, corazón que no revienta!. Para ella es este artículo, en nada me paso de alabanzas, pues nos conocemos con nuestras imperfecciones y en mi soledad, ella se preocupa de que se me haga ligera la espera, para abandonar el pasado que mi aire se lleva y me ahoga sin cesar. Nada nos pedimos, somos francas hasta para los regalos y es que no me gusta hacer detalles, que a lo mejor no le sirven de nada, por eso nos preguntamos o ya sabemos lo que nos puede gustar, para hacernos si nos apetece un detalle, porque nos sale del cariño, tenemos en ese momento dinero y no esperamos a una fecha determinada, para celebrar lo que nos da la gana. Esta noche, me lleva a su casa a cenar, me ha dado mucha alegría, cada día me envía mensajes de aliento, por eso, aunque surja alguna tontería estúpida, nos alegramos y nos perdonamos, porque tenemos cosas en común y si no las tenemos, pues buscamos el medio, que es donde está la virtud.