EL DÍA DE LOS DOS PATITOS

Hoy día 22 de enero, los dos patitos, no lo olvidaré jamás, pues no he llegado congelada de milagro, pero si, hecha un destrozo del agotamiento tan espantoso que he traído, pues desde las seis y media que salí a por mi autobús, he regresado a las siete de la tarde y he tenido que llamar a mi auxiliar, para que me acostara, de lo mal que me encontraba. El frío más espantoso y una lluvia inmensa, me ha pillado, y desde que acabé a las dos, estuve paseando con los autobuses, porque no pago y no podía soportar la espera, tan interminable y angustiosa, hasta las seis, que me recogieron. Estaba con unos dolores por la sonda, que no se los doy a pasar ni a mi peor enemigo. El viernes vuelvo a irme, porque ya me dan mis llaves y firmaré los papeles. Mi casa me la han dejado preciosa y el lunes salgo de viaje, otra vez, pues voy a verla y a dar de alta el agua, por lo que ya lo tengo todo organizado, para que el día 4 me vengan a dar el servicio a mi nuevo domicilio. Mis fuerzas son nulas, y respecto al juicio ha ido muy bien, pues el abogado contrario ni sabía lo que decir.

Mi salida, está a la vuelta de la esquina y mi ausencia en este pueblo, es todo un hecho; si Dios quiere, el día 1 de buena mañana, me iré de Casas Ibañez, pero antes de cerrar la página más trágica de mi vida, contaré un principio del fin, pues me ayuda mucho hacerlo, y con ello, dejaré cerrado un pasado, que destrozó mi vida, tan solo por ser un juguete, en manos de una mala persona, maltratadora, traidora y embustera..., pero hay un refrán que dice: Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces, porque las sombras, que caminan con la conciencia sucia, van desprendiendo la gran preocupación y eso, no se puede disimular....