EL CAMBIO

Ya está todo dispuesto y en tan solo unas horas, me marcharé de este lugar, de donde solo me llevo dos buenos amigos; los demás son conocidos apreciados, pero escasos y con sus vidas. La mía, en cuanto me encuentre un poco mejor, la voy a cuidar y me voy a ir a viajes de un día, para conocer sitios, saludar a gente maravillosa y ver cosas bonitas o comer en donde quiera. Tendré mi casita sin que me falte de nada y con la paga extra, me compraré una televisión LED. Mis pequeños tendrán sus buenas camas y una casa preciosa en el patio y allí cenaremos este verano, pues me dejan quitar la parte de ladrillos, para hacer la entrada y que mi silla entre sin problemas. Mi conocida la taxista, me ha conseguido una muchacha, para los fines de semana, voy a estar muy bien atendida y me llevará a conocer sitios, pues es un encanto de persona. No se lo que viviré, pero como tengo que aguantar hasta conseguir enterrar a mis pequeños y ver condenar a los criminales, que acabaron conmigo. llevaré la vida que me han indicado los médicos, para no seguir empeorando y agravarme aun más. Me ha quedado una paga, para vivir dignamente por los años trabajados, nadie me ha regalado nada y si me han dado la gran invalidez es porque estoy muy mal, peor de lo que nadie sabe, pero mis médicos si, por lo tanto, aprovecharé al máximo lo que me reste de existencia, para intentar estabilizarme, por eso, no olvidaré en mi vida, la colaboración de todos los cargos importantes, que se han preocupado de sacarme de aquí y que pueda sobrevivir con la dignidad, que me negaron en este lugar de podridos inhumanos. Mañana, me voy con mi conocida taxista y volveré muy tarde, no estoy nada bien, pero me ayudará ella y dejaré resuelto el mobiliario, que me tienen que llevar. El miércoles con el resto, partiré y ya dejaré mi ausencia en este lugar, para que se metan con quien les de la gana, pero desde luego, ya no será conmigo. Ahora, ya ha llegado el momento de la verdad, un nuevo amanecer me espera, se me ha hecho justicia en todos los aspectos y solo me falta uno, el que llegará y me hará darle gracias a Dios, por ver a los criminales con la sentencia de culpabilidad y una vez conseguida, mi madre y yo, alcanzaremos la gloria que nos arrebataron los asesinos, que no llegarán nunca a llorar, ni la décima parte de las lágrimas de sangre que me hicieron derramar a mi. La maltratadora, que me hizo de todo y lo permitió todo, recibirá su condena y tendrá la esclavitud de sus cadenas y jamás en su vida volverá a tener a nadie, excepto su miserable existencia de pueblerina mala, que solo se dedica a engañar y que no se cree ni ella misma, que pueda volver a tropezar con otra ingenua como yo ...., aunque en realidad, a las vividoras así, solo les van las que son iguales a ellas....

¡MENOS LAS EXCEPCIONES, A LA ....... LOS IBAÑESES!