MI GOZO EN UN POZO

He salido toda dispuesta con mi amigo, a tomar nuestro café con leche, pero enseguida que hemos terminado, me ha tenido que traer a casa, pues me he empezado a encontrar muy pachucha y estoy acostada descansando, para ver si se me pasa y salimos a cenar. Esto me hunde por completo, porque me doy cuenta, de que estoy enferma y hago demasiado sin deber de hacerlo; a veces no se como puedo aguantar tanto, pero también es cierto, que he estado días, en los que apenas salía, porque no me encuentro bien y son demasiadas cosas las que llevo sola para adelante. Se me espera un tormento espantoso con la sonda, de ir tres veces al día al centro de salud o de dejármela fija, para salvarme de una insuficiencia renal; también con la operación del bulto, las cataratas, y sin embargo, me envidian por el buen aspecto que me ven y encima de que lo regalo todo, nadie lo quiere, pero soy la rica del pueblo.....

A veces me vienen pensamientos, en los que por mi debilidad humana, me convenzo de que no viviré demasiado; otras me animan mis profesionales, pero llega un momento, en el que todo me da igual y otras en las que reniego de no haber sido feliz nunca. Mis amigos me llenan, pero siempre he soñado en tener mi parejita y estar junticas el resto de nuestras vidas, poder susurrarle al oído, ¡gracias amor de mi vida, por todo lo que me has dado¡. Soy realista y debo tener cuidado, pues hay mujeres que podrían engañarme, para vivir a mi costa,  por eso, no tengo prisas, ni en realidad ganas de nada, pues si mi destino está escrito, se hará verdadero lo que haya guardado para mi.

Nunca me hubiera podido pasar por la cabeza, que iba a sufrir, la más cruel y salvaje experiencia de mi vida,  al quedarme imperfecta físicamente, más indefensa imposible y que me hayan apaleado sin escrúpulos ni entrañas de personas humanas y con trampas traidoras, con pleno conocimiento de causa y premeditación, de gente criminal, que me han sepultado, ahogándome cada día en este lugar, del que tanto deseo salir, para ver si la luz vuelve a salir y miro al cielo, en espera de encontrar respuestas a esta cruz que llevo arrastrando conmigo y que ya me aplasta demasiado su peso.

Mi llanto en el silencio, es mi entrega de aceptar la voluntad de Dios; mi rebeldía, es comprender que todo tendrá una razón de ser; mi paz y blancura de conciencia, lo que me hace sentir bien, pues fui limpia como el agua pura de un manantial y me acribillaron a cuchillazos, con burlas y un ensañamiento total.

Muchos son los elegidos, pocos los seleccionados; yo pertenezco a los segundos, pero mi fe es demasiado pequeña, para no caerme de vez en cuando y pedirle explicaciones a mi Padre celestial; después me coge en sus brazos para seguir luchando, pero estoy muy agotada y sola, porque mi sueño, tengo miedo de que no exista para mi, pues habré pasado por este mundo sin ser igual a las demás lesbianas, en general; y no habré tenido el amor de esa mujer, que tanto he imaginado, para ser un poco feliz.

No tengo miedo a la muerte, solo al dolor de la agonía de una enfermedad, porque ya no puedo con tanto daño; y si tengo que irme de este mundo, que por lo menos me deje durmiendo sin despertarme y que me incineren, para que vuelen mis cenizas entre las flores bellas de la naturaleza.