Era un hombre honrado, trabajador, romántico, sensible y un gran tímido, de los pocos que hay así. Por culpa de su silencio y de esa excesiva timidez no tuvo nunca novia. Vivía con su madre y siempre estaba solo, ni tan siquiera tenía amigos, su única distracción era leer.
Su madre le mandaba a comprar el pan y la dependienta coqueteaba con él, se ponía muy rojo, pero al mismo tiempo le gustaba sentirse halagado.
La chica quería conquistarlo y puso todo su empeño en conseguirlo, a él le agradaba porque era muy buena y eso le importaba mucho.
Un día ella le preguntó si la podría acompañar a casa porque iba a salir muy tarde, entonces le contestó que si y que la llevaría en su coche.
Entonces iniciaron una relación, se sentían bien juntos y se convirtieron en pareja, él le regalo las sortijas de compromiso y eran felices.
Al cabo de mucho tiempo estando en su labor como empleado de secretario, entró a trabajar una chica, que iba a ser su compañera llevando la contabilidad. Aquel hombre se quedó fascinado desde el principio con aquella mujer, no es que fuera guapa, pero él creyó que era una belleza angelical la que tenía delante.
Poco a poco y sin darse cuenta se enamoró de ella locamente, era el amor de su vida, pero era un amor imposible. Ella estaba casada y él también quería a su pareja.
Por primera vez le surgía un secreto, que sería guardado en su corazón y que jamás saldría a la luz, aquello era solamente suyo y se lo llevaría a la tumba.
Amaba a dos mujeres de forma distinta, una era la serenidad y la realidad, la otra era su verdadero amor platónico, que nadaba en la profundidad de su interior.
Este hombre siempre pensaba en ella consciente de que solamente podría ser su amigo, jamás dejaría a su mujer, ni tampoco le sería infiel por nada del mundo, ni con el pensamiento tan siquiera. Tenía muy claro que quería a la suya y que su gran secreto moriría con él.
Era feliz sabiendo que su compañera de trabajo lo era con su marido y con eso le bastaba, se dedicaba a ser su apoyo y confidente y fue el mejor amigo que tuvo aquella muchacha, que nunca llegó a saber su gran secreto.
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