Hay ancianos actualmente que siendo muy mayores, pueden caminar y hacer sus necesidades en el lugar adecuado, pero por desgracia hay otros que todo se lo hacen encima y no pueden moverse. En una situación así y sin saber cuando les puede llegar la hora, lo mejor para ellos sería una residencia, sin embargo hay familias todavía, que se empeñan en hacerlo las mujeres tanto si son hijas o nueras, porque de alguna manera se sentirían culpables. En el caso de las nueras suele ser porque el marido no quiere llevar a la madre o al padre a estos sitios.
Según mi opinión un matrimonio no debe renunciar a sus vidas, dejándose la salud y lo poco que les pueda quedar de juventud, por cuidar a una persona que está acabando con ellos y que ya tuvo la suya.
Es un error pensar que en una residencia van a estar abandonados o mal cuidados, es todo lo contrario, porque allí lo tienen todo y gente especializada en darles la atención necesaria.
Una historia así es muy triste y penosa para una hija, pero si no quiere acabar enfermando ella, no tiene más remedio que tomar una decisión importante y comprender que todo tiene su límite.
La muerte nadie sabe para cuando está señalada e incluso puede morir antes un hijo o una hija, cabe la posibilidad de que la persona anciana viva hasta los 95 o lo que sea, se pierde un tiempo precioso por querer demostrar un amor, que ni ellos perciben porque algunos son egoístas y al final es que tienen que hacer lo que no querían aceptar.
Los hay que la mente la tienen bien, pero chantajean emocionalmente a sus hijos para que no los lleven fuera del hogar, otros dicen que más vale que se murieran porque son un estorbo, también existen los que piden irse ellos porque asumen la verdad y por último los que encima tienen la cabeza que no les rige.
A nadie le gusta separarse de los seres que ama, pero amar es aceptar que cuando no se puede, deben ser atendidos por especialistas en el tema, ir a visitarlos y demostrar que se quiere exactamente igual que estando en casa.
Hay matrimonios que se distancian y riñen por estas causas y nunca debería ocurrir algo así, debemos tomar conciencia de que lo mejor cuando te haces mayor es irte a una residencia y yo tengo muy claro, que cuando llegue ese día, me iré sabiendo que es por mi bien y porque quiero a la persona que está conmigo.
Yo pasé la experiencia de tener a mi madre y a mi hermana, Dios se llevó a mi madre y me enfadé muchísimo con él, pero después comprendí que lo hizo para evitarme una locura, mi hermana murió hace 5 años y ahora están las dos juntas en el cielo.
Cada día las hecho más de menos, pero el tiempo pasa para todos y desde luego para mi ha pasado y ya no soy una niña, estoy enferma y no esperaré a que me digan que debo ir a una residencia, porque antes lo pediré yo misma.
Lo que has escrito, es una verdad como una catedral, aún así todavía hay abuelos que viven con los hijos aún sabiendo estos que acaban medio lisiados por tenerlos en casa. Hoy, los ancianos, viven muchísimos años; los hijos ya son mayores, están mal de los huesos y encima tienen que cuidar de los abuelos. Yo siempre digo lo mismo: mientras pueda, cuidaré de mi madre muy enfermita. ¿Hasta cuándo podré hacerlo? Eso es una pregunta sin respuesta.
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