El orgullo es un mal que padece la gran mayoría del mundo, por culpa de él muchas personas, pierden su relación porque ninguno da su brazo a torcer. Por desgracia es todo lo contrario a la humildad y reconocer que te has equivocado, no es de rebajarte, es todo lo opuesto, se trata de reconocer tu error y eso te hace más sabio y más importante.
El orgullo te hace perder a seres que quieres, con él no se gana nada y luego vienen las lágrimas del error que has cometido, cuando ya es demasiado tarde.
Si la otra persona tiene razón y tú la quieres conservar debes hablar con ella, te hará comprender lo que le ha hecho daño y podrás pedirle perdón de corazón. Otra cosa distinta es que en realidad no le importes nada, le seas indiferente y ya no se trate de orgullo, en este caso sería romper definitivamente una relación de amistad, amor o de compañerismo.
Cuesta mucho reconocer los errores a las personas que padecen de este defecto tan traicionero y maligno. Lo mejor para conocerlo profundamente, es ponerse en el lugar de la otra persona y vivir el hecho en cuestión, para darse cuenta de que no está bien lo que hayas podido hacer.
Las riñas tontas por motivos insignificantes pueden lamentarse, cuando predomina el orgullo por ambas partes, entonces aún es peor, porque queriéndose se separan por culpa del orgullo.
Amar es tener la humildad de pedir disculpas y demostrar que tienes la debilidad de actuar como un ser humano que se equivoca, pero que sabe reaccionar y recuperar al ser que te importa.
Por orgullo han ocurrido muchas cosas malas, las personas equivocan el sentido de la sencillez y de la culpabilidad con el de ser más importante, les gusta que vayan detrás a sabiendas de que no tienen razón y hasta incluso para seguir despreciando.
Vivimos en un mundo demasiado cruel para reconocer los fallos que se tienen, cada uno defiende lo suyo y no importa a quien pille por delante.
Por orgullo a veces no llegas a tiempo para decir ¡te quiero! ¡perdóname! y eso deja una herida profunda que puede hacerte vivir con remordimientos. Lógicamente esto le ocurriría a las personas que tienen conciencia, los que no tienen nada en su interior carecen de sentimientos y les da igual todo.
Simplemente decir orgullo ya suena mal y sin embargo decir humildad suena a la frescura de un corazón tierno, sensible y con una capacidad muy grande para equivocarse, reconocerlo, pedir disculpas y decir ¡TE QUIERO!.
Este orgullo del que escribo no es el mismo orgullo que se siente, al valorar a alguien por su labor realizada, por su bondad, por sus buenas obras, por su espíritu de sacrificio, por sus cualidades etc,etc.
Hay que saber discernir entre el bueno y el malo, pero como es normal en esta vida, abunda mas el primero.
Este orgullo del que escribo no es el mismo orgullo que se siente, al valorar a alguien por su labor realizada, por su bondad, por sus buenas obras, por su espíritu de sacrificio, por sus cualidades etc,etc.
Hay que saber discernir entre el bueno y el malo, pero como es normal en esta vida, abunda mas el primero.
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