EL SONIDO DEL SILENCIO

El sonido del silencio, me lleva a entrar en mi interior y sentir, que mi espíritu, está terriblemente dañado, pues noto como me he quedado muda, porque me cuesta hablar y tengo miedo al engaño llamado falsedad y que lo disfrazan con la palabra sinceridad, pero que en realidad tienes que decir lo que los demás quieren escuchar. Mi retiro ante los demás lo llevo bien y así ya nadie podrá hacerme daño, pero no tengo terror a compartir con mis compañeros circuleros, que me hacen penetrar profundamente en las bellezas que escriben y exponen con fotografías, que son puro arte y belleza.

Mi vida es tranquila, voy sola a los sitios, no necesito ya a nadie, pues es mejor estar sola, que mal acompañada, me pongo mi música y canto si me apetece, me voy a comprar o a tomar algo y regreso a mi casa, para estar con mis pequeños y ver mis series favoritas.

Este fin de semana, se inauguró la fiesta del mercado medieval y fui un rato a verla, también compré algunas cosillas bonitas, que estaban hechas artesanalmente y eran muy lindas y el sábado me marché a cenar y ver bailar un rato al hogar del pensionista, en donde va gente de todas las edades. Me retiré pronto, porque al aumentarme la medicación con una nueva pastilla psiquiátrica me dormía y no podía aguantar. Llevo dos meses pasándolo muy mal y con pesadillas nocturnas, que me impiden conciliar el sueño y me desvelo como si fuera pleno día, pero acaban de ducharme, darme la cena, ponerme mis cosas y me han acostado, porque mañana me reuno en Valencia con mi abogada. Desgraciadamente no tengo nada de enajenada mental, porque si lo tuviera, aquellos que me han acribillado de todas las formas posibles, ya no estarían en este mundo, pero como estoy cuerda, ya he empezado a actuar dirigiéndome a los sitios adecuados, para ser recibida y no parar de luchar, hasta conseguir que se me escuche y poder probar que lo que cuento es cierto y que una incompetente y aprendiza abogada me engañó de tal manera, que ha sido la causante de que se aprovecharan los canallas del pueblo del infierno, por culpa de lo que me hizo reconocer, para arruinar mi vida y que se aprovecharan esos canallas, que fueron a por mi y que convirtió a un juzgado en el peor cuchitril de parciales, que se pusieron de acuerdo para taparlo todo a favor de ellos y negarme mi derecho a la defensa con una tomadura de pelo impresionante y tirando mis denuncias al archivo del olvido.

No tengo miedo, y no lo tengo, porque cuento la verdad y solo la verdad y no pararé hasta que se compruebe que lo que me tendieron fue una trampa y una encerrona, para cubrirse ellos de sus delitos y beneficiar a la mal tratadora usurpadora, que con toda premeditación y alevosía me quitó lo que no era de ella y que utilizó, para asesinarme viva sin ningún tipo de contemplación y de esa manera hacerse ella con la credibilidad, cuando en ese pueblo la conocen de sobra y a la espalda la ponen verde, pero en la cara al ser de allí se cubren unos a otros y destruyeron a quien llamaban forastera y la loca de los perros, que era un ejemplo a seguir, pues nunca he dejado de recoger las cacas de mis pequeños y de no dejarlos orinar en las puertas o ruedas de los coches, pero la mala gente que se lo permitían a los suyos iban a por mi, con el propósito de hacerme la vida imposible y de que me fuera de ese lugar.