Son las tres de la madrugada y entre el murmullo del aire que sopla, alguien, que va hablando fuerte por fuera y el calor de mis pequeños, que no se apartan de mi lado, mis ojos, se han quedado secos de tanto llorar. Si no fuera, porque pedí socorro y me ayudaron, para salir de aquí, mi corazón hubiera dejado de latir, pues se apagaban muy deprisa, mis ganas de vivir, o me hubiera vuelto loca de verdad, y mi doctora lo sabía, por eso, se han volcado conmigo y me han visto una persona muy necesitada, a la que han querido salvar, de una agonía lenta y muy dolorosa, hasta dejar de respirar.
No soy igual a nadie, soy la rara, la que escucha, la que siempre está disponible para ayudar, la que sabe cumplir promesas, la que es desprendida, la que cometió un grave delito....¡saber amar y confiar!, por eso, no soy normal y en la enfermedad, me llevaron al paredón, me fusilaron y todos se quedaron, satisfechos y felices. De tanto como di y valoré, me convirtieron en tan solo una basura, un deshecho, al que tiraron al contenedor, algo, que a ciertas edades, y siendo la primera vez, con una ingenuidad total, te deja en coma, pero saldré como sea adelante, porque no ha llegado mi hora, esa hora, que solo está escrita en el libro del Paraíso y tendré el Amor, que esté reservado para mi vida,.... si es su Voluntad...
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