INOCENTES ANTE EL DEMONIO

Aquella tarde de verano, nos dimos un abrazo, mi primer beso de enamorada y nos cogimos de la mano; ese banco de la ermita mirando hacia todos los lados, para besarnos y mirarnos, pero no sospeché, por la ceguera de mis sentimientos más profundos y especiales, que aquella pequeña mujer, a la que yo convertí en la más grande, iba a ser mi asesina y mi gran depredadora, siendo mi verdugo a la hora de demostrar, lo que de ella me enamoró, que fueron falsas palabras estudiadas y escritas, sacadas de un interior inexistente. Nunca sabrá, porque es incapaz de ser humana, ni de dar nada, que era parte de mi vida, mi respiración, mi razón de vivir, que confié sin límites en ella, que me olvidé de mi misma, que se lo di todo de par en par, sin fronteras, sin cálculos, sin medidas, sin excusas, sin nadie ni nada, que por mucho que la tiraran por el suelo, porque no era guapa, me impidiera plantarles cara a todos, porque estaban atacando a quien veía mi flor más linda del universo. Nunca le exigí nada, solo la verdad y que me amara sin engaños, pero con mentiras, premeditación, egoísmo, frialdad, sin fiarse porque no es de fiar, ni ganas de molestarse en nada, solo vivir por y para su propia comodidad, sin ninguna personalidad dejarse llevar por los demás en lo que le convenía, sin valorarme, sin gratitud, solo con normas, pegas y no dejarme marchar jurándome un amor, al que llama ahora, juego del azar y que unas veces se gana y otras se pierde, me supo utilizar al conocerme perfectamente y me convirtió en una porquería de tanto como le entregué, la valoré por mi ceguera y a la que llegó a aborrecer, cuando la enfermedad me apareció y sacó quien era en realidad, con sus malos tratos, la infidelidad, el cinismo, no dejarme tener una silla de ruedas, el robarme, asesinándome a las espaldas con la mala reputación, dejándome tirada sin comprensión y calumniada hasta la saciedad, agredida y brutalmente martirizada, burlándose de todo, interpretando su papel de víctima y siendo de aquí; un ser canalla que me quiso enterrar en la cárcel de la locura, que me dejó sin auxilio y se ensañaron hasta querer hacerme perder la cordura; una promiscua, que habla de amor cuando solo quiere carne y recibir; una criminal, que se aprovechó de mi indefensión para pegarme sin parar, dejándome abandonada y con la obsesión de encerrarme. ¡Tú, eres mi pesadilla, tú y tus secuaces, asesinos en potencia, que habéis querido arrancarme la cabeza, colgándome del árbol más grande!. ¡Tú, maltratadora sin igual si hubieras sido un hombre ya no irías caminando, ni te expresarías sin límites de indecencia, cuando tiraste sin escrúpulos a quien no te merecías ni ya querías conservar, porque acabó enferma!. Eras una prepotente llena de grandes fracasos y con una mente enferma, para acabar tirándome como a una mierda, como a un verdadero pedazo de carne con ojos, como a una minusválida inservible, que era como me llamabais y durmiendo con otra sin respetarme, cuando me quedé sola sin poder valerme, porque pensaste que una joven iba a quererte siendo como yo, pero que se largó asustada y te dio lo único que llamas amor y que es por el único sitio que sabes pensar y sentir, algo que dudo también... ¡No olvido vuestros salvajismos, vuestras brutalidades perversas, vuestras agresiones, vuestros robos, vuestras barbaridades!. Mi honra me arrebatasteis y la de mi madre, me amenazasteis y me perseguisteis hasta empeorar y sin que nadie me hiciera caso, pero todo, todo, todo, se paga, porque llega la factura de las acciones delictivas y luchando se consigue la justicia... Los actores y las actrices se ganan la vida dignamente, pero los maltratadores fingen ser, lo que no son, hasta que se les cae la careta y sacan su agresividad y violencia, cuando ya no te ven persona y tampoco les interesas, porque son malos y encima se autojustifican de que son inocentes y cambian los hechos, como mejor les conviene. ¡Igualdad para todo y en todos los géneros!