MI KIMBITA

Estoy preocupada y muy nerviosa, porque mi kimbita no está bien, le duelen las patas y se queda sentado, por eso mañana sin falta llamaré al veterinario, porque me temo que es artrosis. No puedo verlo triste, pues es mi pequeño más especial que he tenido jamás, solo le falta hablar como nosotros, pues a su manera se expresa y lo entiende todo, me salvó la vida una vez y no paro de abrazarlo y decirle lo mucho que lo quiero. Solo de pensar que le pueda pasar algo, me pongo a llorar y me entra un dolor en todo mi ser, que no quiero ni que me pase por la cabeza.

Mi Kimba lo recogí vagabundo, cuando tenía 3 meses y estaba fatal, su mirada fue tan penetrante y profunda, que lo cogí en brazos y me lo quedé, llevándolo a ponerlo en condiciones y se me comía a besos, fue cuando mi amigo el veterinario también me regaló a mi Ninet, por eso, se quieren tanto y me encanta verlos juntos a los tres. Son toda mi vida y mi locura, los trato como a hijos mios y los he educado de maravilla, por eso lo entienden todo, porque les hablo y les explico las cosas con mucho amor y no necesito pegarles ni nada. Ellos son una lección para los seres humanos y jamás los abandonaría, pues soy fiel en todos los aspectos.