Tenía 25 años y era un muchacho atractivo, rubio y con ojos azules, pero su problema era el de ser un presuntuoso conquistador, que además de vivir holgadamente, no le daba importancia a nada, porque creía tenerlo todo. Las mujeres iban detrás de él, era un buen partido, pero usaba a las que le daba la gana y ninguna lo conquistaba.
Se llamaba Rocheti, su coche era un descapotable de lujo y era un superficial egoísta, que con su dinero lo conseguía casi todo, y nunca le multaban, porque compraba a la gente y por eso siempre iba acompañado.
En una de sus juergas, Rocheti bebió más de la cuenta y se retiró de la fiesta, para irse a descansar, se había desatado una tormenta y apenas veía nada, así que cuando se disponía a pasar un semáforo, éste estaba en rojo y no lo respetó. En aquel preciso momento, pasaba una joven hermosa y la atropelló dejándola tirada en el suelo, Rocheti dudó mucho en auxiliar a la joven, no deseaba complicaciones, pero de repente paró, bajó de su vehículo y la llevó al hospital. Una vez allí, el corazón de Rocheti dio un vuelco enorme al contemplar lo bonita, que era la muchacha desconocida, y llorando, ofreció a un cirujano todo lo que hiciera falta para salvarla. Aquel cirujano era el demonio disfrazado, y en cuanto se percató de que el muchacho, había reaccionado teniendo sentimientos humanos, con engaños y persuasión, le compró su alma a cambio de ofrecerle la salvación, de aquella preciosa joven.
Rocheti empezó a arruinarse, lo perdió todo, nadie le apoyaba y se quedó completamente solo, el chico sin embargo, daba las gracias porque la joven se había salvado.
Pronto recibió la visita del diablo, para llevárselo al infierno, pero Rocheti cayó arrodillado, y con gritos de dolor y arrepentimiento, suplicó a Dios la belleza del corazón y del alma, y solo un trabajo, para conquistar a la dama que amaba y que casi mató por el pecado del hombre. No tardó en aparecer aquella luz divina, que deslumbró al monstruo destructor y lo hizo desaparecer, para que la cara de Rocheti, quedara marcada por las lágrimas derramadas y el sufrimiento de un verdadero dolor.
Rocheti localizó a la joven, gracias a la dirección que le dieron en el hospital, y cuando llegó a su casita, le confesó que él había sido quien la atropelló, todo lo vacío que era y que su única riqueza era el amor que sentía por ella, pues antes era un ser inservible y hacía daño a la gente. La joven lo miraba llena de ternura, acariciaba su cara y le enseñó la cicatriz que la dejó marcada, pero Rocheti ya no existía, había renacido un hombre extraordinario, cuyo corazón enamorado abrazó y besó a la joven, sin pensar en el físico, ni en el dinero, pues acababa de heredar el tesoro más grande del universo, sentir amor verdadero, tener conciencia, arrepentirse, ser humilde y conquistar a una mujer diferente, que le dio todo lo que necesitaba y que no se compra con nada.
Este cuento tiene mucha miga , porque está lleno de valores que son de mucha ayuda en la vida de las personas .
ResponderEliminarQuerida amiga: Estoy segura de que me comprendes y me conoces bien, por eso entiendes la profundidad de mis palabras. Siempre te estaré agradecida y te llevaré en mi corazon.
ResponderEliminarBesitos