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Llevo tanto tiempo durmiendo, que a estas horas de la madrugada, siempre me despierto como si fuera hora de levantarse. Son momentos en los que reflexiono mucho y empiezo a darle significado a muchas cosas y a ciertos comportamientos de la gente.

Siempre he sido consciente de mi soledad, de lo único que he deseado en la vida y del trastorno psicológico que padezco, como es la distimia o depresión, por falta de carencia afectiva; sin embargo, hay gente que sufre de trastorno neurótico de adaptación y esto le supone un fracaso, ante situaciones incapaces de afrontar y que a veces lleva al individuo a explotar con agresividad, violencia o dramatismo en lo que considera un problema para seguir con su presente, que le produce un sentimiento de incapacidad para continuar con él y una excesiva preocupación. Son personas según mi humilde opinión, por sus características, enfermos que solo podrán soportar relaciones basadas en los buenos momentos, pero en los malos, saldrán huyendo sin pensar en nadie, más que en ellos mismos; se controlan muy bien en lo positivo y le ponen una medida, en la perfección que buscan en los demás y no se miran al espejo, no tienen personalidad y no aman en las dificultades, se esconden en terceras personas, convierten en miedo sus propias reacciones y buscan la felicidad en lo que les da placer, hasta que surgen las complicaciones y confunden la luna con una cuña. La gente que sufre este trastorno, puede ser por un tiempo o tenerlo crónico y no saberlo, pero si es lo segundo, jamás podrán convivir con alguien, ajeno a un familiar con el que se vean sin otro remedio por ser de su sangre y nunca tendrán un amor verdadero, porque solo lo sienten hacia su propio ser, que no soporta las adversidades, pero si, los placeres carnales, en los que basan el amor y por eso son inestables, infieles, desconcertantes, egoístas, manipuladores y no se mueven por nada del mundo, porque se les tiene que dar todo hecho, a excepción de lo que idolatran, pues en este caso, hacen lo que sea, al ser los esclavos de sus dueños, o de lo que les produce gozo.