CUANDO DIOS SE ENAMORA DE UN CORAZÓN

Siempre he dicho, que Dios se enamoró de mi corazón, porque nunca he tenido maldad y aunque me regaló la inteligencia, por mi carencia afectiva he sido muy inocente y confiada, pero aunque no he cambiado, todo lo que me han agredido psicológicamente,  moralmente, físicamente y he vivido, me ha hecho comprender que prefiero ser así, que no llevar el mal en mi interior y aferrarme a las cosas materiales de la vida.

Supongo, que todos habréis visto alguna vez Autopista hacia el cielo, pues os aseguro, que en mi caso, me ha enviado a un ángel con el que me une una gran amistad, con su familia también y mi gratitud no tendrá fin, pues la verdad va a triunfar y ya no tengo miedo, ni preocupación y solo siento paz y luz de muchos ánimos, porque aunque no hay una sentencia, ya he ganado la batalla del infierno contra el cielo.

No tengo prisas, solo fe y esperanza de que todos aquellos, que me atropellaron brutalmente y me dejaron la marca sangrante, de las pesadillas más espantosas y que gracias a las ayudas de mis profesionales, la medicación para no tenerlas y la gente que me quiere, han conseguido que vuelva a sonreír y a contemplar el sol, cantando y dejándome llevar por mi confianza en el Señor. 

Hay un refrán muy auténtico en el mundo y es que, hay quien va a por lana y sale trasquilado y siempre advierto antes, porque el que avisa nunca es traidor y a mi me tendieron una trampa en silencio y premeditada.