ESTOY AQUÍ

No llores, estoy aquí, llámame fuerte y que el eco de tu voz llegue hasta mi, me buscas, aunque no te vea, cántame al oído, aunque no te escuche, suspira por mi presencia, aunque no sienta tu pecho agitado por el deseo y que lata tu corazón a toda velocidad. Mírame profundamente y coquetea conmigo, cógeme de la mano y hazme volar de dicha, párate en seco y cógeme la cara, para besarme en la boca con tus labios, hasta abrasarme de calor, quiero tu cuerpo sagrado, cada centímetro de tu piel sensible, tócame y hazme tuya, no quiero morir sin conocer tanta felicidad en nuestra promesa divina, quiero que te entregues cuando te convierta en mi ser, que puedas sudar y gemir de tanto placer, Dame tu alma, que la haga gemela de la mía y que cada instante de paz y relajación, sea sabiendo, que somos las dos de las dos. Que nunca haya otra puerta donde ir a tocar, que no nos falte nada a nosotras y solo seamos un hogar. Nuestra chimenea no necesitará leña, pues le daremos el fuego de nuestros sentimientos, se alzará la llama ante nuestros abrazos, caricias de locura y de pasión, hazme una conquista que me desborde como un río, inundando mi cuerpo y todo mi ser, hazme sentir para toda la vida, una mujer amada, que se estremezca contigo y me sobre todo menos tú. Hayame pronto, no lo dudes más, déjate llevar por la libertad más dulce y encadenada, tiremos las llaves muy lejos, tan lejos que nadie las encuentre para desear separarnos de envidia. Creemos nuestro mundo, solo para la dos, que riñamos y nos gritemos y acabemos haciendo el amor, que nos despertemos jugando, riendo, con los pelos de punta, que nuestra belleza sea tan profunda y oculta, que de cualquier manera, con el traje de nuestro inmensa ternura, parezca que vayamos de fiesta siempre, que todo sea distinto, que cada día amanezca como desee, al fin y al cabo, para nosotras siempre estaría el sol, y si lloviera, sería nuestra música, para bailar y seguir haciendo el amor. Déjame verte, porque ante nuestro silencio y nuestra dicha, nuestro amor no se apagará en ningún momento, pues mientras sea eterno y verdadero, todo lo conseguiremos, por mucho que intentaran apagarlo. ¡Estoy aquí, aquí!