Me llevo muy bien con el párroco de aquí, es estupendo y me tenía observada sin saberlo, pues no me había enterado ni de como tenía la cara, pero desde que por casualidad nos tropezamos, nos hemos hecho amigos y el otro día le pedí, que nos fuéramos a dar un paseo, para hablar un rato con él. Es todo lo contrario, a la fama que le precede en este pueblo, un sacerdote intelectual, moderno, sencillo, realista y me encanta verlo, porque sabe que fui catequista en el CAMINO NEOCATECUMENAL, que tocaba la guitarra y cantaba, que estuve durante diez años y que lo dejé en el Padre Nuestro, cuando ya me llevé lo mejor, con Jesucristo en mi corazón, pero con mi opinión, contraria a que ser lesbiana es una enfermedad. Siempre que me ve, me pregunta por mi estado de salud, por mis pequeños, me encanta el criterio que tiene de muchas cosas y de tonto no tiene un pelo....Sabe que me voy, que mañana como algo excepcional, voy a ir a misa con mi amiga y que me despediré llegada la hora.
El paseo se me hizo corto, pues disfrutamos con la conversación mutuamente y me ayudó mucho, no imaginaba la edad que tenía, pues se conserva muy bien, y justamente, es el tipo de sacerdote que me gusta para la vida actual, porque es prudente, conoce muy bien el terreno que pisa, ayuda en lo que puede cuando le piden comida, es moderno, profundiza y aunque sea humano con sus pecados, es un encanto de hombre, que me ha dicho cosas preciosas sobre la virgen de aquí, que desconocía, y que él, me ha explicado...
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