MI LUCHA PARA SER ESCUCHADA NO TENDRÁ LÍMITES

No creo que pueda irme antes de la Navidad, pues me están preparando mi nuevo hogar y eso requiere un poco más, para irme con mis servicios, de ayuda a domicilio, en las mismas condiciones. Será la última que pase aquí gracias a la ayuda que he recibido, pero la pienso celebrar con mis pequeños, ante las ganas de salir de este infierno, que para mi, ha sido maldito y deseo perderlo de vista lo antes posible, sino quiero acabar en un ataúd. Mi auxiliar me dejará la cena preparada y si no pasa nada, quiero comprar un poco de corderito por mis chiquitines, algo de marisco y brindaré con agua, por poder salvar mi vida, marchándome de este sitio. Siempre con la gratitud y mi cariño, hacia las personas que se han portado divinamente conmigo y que llevaré en mi corazón, sin perder el contacto con ellas.

Mi salud está por encima de todo, pues no me pega vivir entre gente tan mala, que ni en lupa la encuentras igual; me iré sacudiendo mis zapatos mentalmente, pero me voy yo, porque me gustan las personas civilizadas y no los animales irracionales, que abundan por aquí, que son canallas, cobardes, violentos y me han tenido que drogar el cerebro, para no pensar en nada y que no se me hagan presentes, los tratos vejatorios y degradantes, que me dieron. No tengo nada que ver, con lo peor que le puede pasar a alguien, que además de no tener cultura y no conocer ni la educación, encima, sean malos, pero malos y estén llenos de veneno en sus lenguas asesinas. La experiencia que he vivido tan criminal, me dejó aquí sin poder irme antes, por cuestiones económicas, pues me robaron lo que tenía, pero ahora, ya puedo hacerlo con la cabeza muy alta y sabiendo que mi regreso, será para ir a mi juicio y que gane la verdad, de todo lo que me han hecho salvajemente. Solo de pensarlo, lloro de las ganas que tengo, de que me saquen pronto, antes de seguir empeorando, pues apenas salgo ahora y permanezco casi todo el tiempo, encerrada en mi casa, porque tengo miedo de encontrarme con los turistas y que me desmaye al recordar, lo que tuve que soportar; estoy deseando saber, quienes son los escritores de lo que recibía, que estoy segura, que llegaban de allegados de ella, sean de Madrid o de donde sean. Tengo fe plena, en que pagarán por todas las brutalidades y agresiones que he recibido y que serán condenados por ello; entonces descansaré en paz y mi pobre madre, desde el cielo, dejará de llorar al ver todo lo que me han hecho.

¡NO A LA DISCRIMINACIÓN POR PARTE DE LA JUSTICIA, ANTE LOS MALOS TRATOS A LOS DISCAPACITADOS!