MUCHAS VECES

Tengo muchas horas para pensar y me pongo música, para intentar olvidarme de todo y dejar de sufrir, pero aunque así parezca feliz ante los demás, por dentro no avanzo y el dolor me atormenta y me hace sentir que todo mi ser, está roto en millones de pedazos y no se recompone a pesar de pasar el tiempo. Me da la impresión de que no seré persona que viva muchos años, pues vine al mundo para amar a mi sueño dorado haciéndose realidad y ser correspondida, pero me dejaron sola, indefensa y malherida. Mi enfermedad a veces me preocupa, porque he pasado tanto, que la factura me ha llegado y estoy acostada casi todo el día, con llanto y agonía, pero sobre todo, por la inmensa tristeza que me embarga. Quiero engañarme creyendo que podría volver a enamorarme, pero me conozco lo suficiente como para saber, que ya no hay lugar en mi corazón para nadie, no me cabe en la cabeza acostarme con otra mujer, porque ya lo di todo más allá de mi cuerpo, algo que en mi, solamente se entrega una vez.

En realidad, cuando me falten mis pequeños, ya nada se me habrá perdido en el mundo y querría enterrarlos y dormirme, para despertar en el paraíso con ellos y mis padres, aquí solo quiero justicia, para los que me asesinaron sin piedad y que saben que son culpables y están escondidos, creyendo que no aparecerán. Conozco sus nombres y de donde son y me mantiene la esperanza de tenerlos a mi lado, mirarlos y leer una palabra sobre una sentencia, llamada.... culpabilidad, que tengan su pena y la cumplan a rajatabla, para que las risas y las burlas, se conviertan en lágrimas y en un despertar de conciencia, para que tanta maldad endiablada sea enterrada y aparezca la seriedad de que no siempre se equivoca la justicia.

Lo único que pido para irme cuando me toque, es que se cumpla mi deseo, porque ya no puedo confiar en una mujer, ni puedo enamorarme de nuevo, pues quien me lo robó todo, ya no me dejó nada para otra.