DESDE QUE TE HAS IDO AL PARAÍSO

Nuestro Kimba se ha ido ya y se encuentra en el cielo descansando, pues había llegado su hora a pesar de haberlo intentado con el nuevo tratamiento. Mi mujer y yo hemos pasado la noche en vela a su lado, estaba muy nervioso, se caía sentado, tiraba las cosas y nos hablaba con lamentos hasta que cayó desplomado y mi mujer lo pudo arrastrar con su alfombra, para que descansara tranquilo junto a nosotras. Esta mañana se levantó regular y desayunó bien, pero empezó como anoche y tuvimos que llamar a la veterinaria, que nos dio la mala noticia y vino con todo preparado, para que tuviera una muerte digna y al lado de sus mamás, que no lo hemos dejado ni un momento, así como con la compañía de sus hermanitos, que siguen igual de tristes como nosotras, que tenemos el corazón desgarrado de dolor.

Mi amado Kimba, mi hijo, mi único amigo del alma, el que nunca me abandonó y me lo dio todo a cambio de nada, el que estuvo en todo momento a mi lado y me salvó la vida, el que ha conocido a otra verdadera mamá a la que quería con locura, ahora, correrás como antes en los campos del Paraíso y no sufrirás dolores, seguirás siendo un ejemplo a seguir, un campeón de la nobleza, de la lealtad, del amor, de la fortaleza, un ser especial dotado de una inteligencia superior a la normal, ahora, nos mirarás a nosotras, para consolarnos del dolor tan inmenso que has dejado en nuestros corazones, del vacío que hay en casa, de escuchar mi voz llamándote y derramando lágrimas sin cesar al no dejar de pensar en ti. Gracias hijo mio, hijo nuestro, gracias por tu entrega absoluta, por ser como eras, porque has sido un valiente hasta el final, perdóname si no fui perfecta, pero lo fui a la hora de quererte y de cuidarte, te queremos cariño, te queremos y lo haremos siempre, pues ya no habrá otro como tú. 

Doy gracias a Dios, porque te has ido sin sentir nada, dormido y del sueño a la eternidad, pero recuerda siempre, que en este hogar seguirás estando con tus cenizas y tu presencia de la forma que sea. Adiós amigo del alma, amigo de los que no existen en los humanos, hasta que volvamos a vernos y pueda abrazarte tan fuerte como lo he hecho hoy en compañía de tu otra mamá, que tanto te ha amado y te ha dado lo que nunca antes nadie te dio.