LA ROSA DE LOS VIENTOS

La rosa de los vientos, vivía plantada en un paseo bonito cerca de la playa y aunque ya no fuera primavera ni verano, ella permanecía hermosa, erguida y nadie la tocaba, solo la contemplaban y la respetaban...

La rosa de los vientos era de un color especial, porque nunca se marchitaba y por fuertes que fueran las lluvias, las tormentas, la escarcha o los huracanes, ella estaba preciosa y en el centro del paseo entre todo y contra todo ella sola se destacaba...

La rosa de los vientos fue débil porque la maltrataron, pero un duendecillo pequeño la visitaba y le hablaba, pues debía de hacerlo en aquellos momentos, para convertirla en fuerte y luchadora ante tanta batalla...

La rosa de los vientos y sus hojas desprendían un aroma divino, en medio de aquel paseo que tanto vigilaba y amaba, pero el milagro ocurrió cuando otra rosa más débil, pero fuerte por dentro, comenzó a crecer a su lado y se unieron en un grande e inmenso amor, pues al estar juntas se transformaron en una sola flor...

El duendecillo ya no iba para nada, se ocultó para siempre, pues su rosa era feliz y ya no era la rosa de los vientos de aquel pequeño jardín, ahora tenía otro aspecto y era fuerte junto a la otra, de las que surgió otro tipo de raíz...

El duendecillo ya había hecho su labor, ya no le hablaba, solo desde lejos la miraba alguna vez, hasta que se escondió en su árbol y le dejó junto a su rosa, con la que pudo crecer y crecer...