Me despierta tu nombre, te busco y no te encuentro, siento que mi alma se va a buscarte y que mi corazón se queda latiendo, pero por mucho que sale, regresa sin nadie...
Mi vida se va marchando deprisa, a veces me siento morir, pero no tendría miedo si estuvieras junto a mi...
Amor, amor que me llevaste a la tumba y bailaste encima de ella, te disfrazaste de amor verdadero y eras solo una seguidora del diablo y sus guerras...
Mi dolor es eterno, mi enfermedad no tiene cura, mis alegrías son escasas y sigo luchando cada día, para vencer esta agonía, que no me deja respirar y me deja aturdida...
Como herencia te dejaré mis cenizas y por las noches, mi presencia con luz muy brillante y destellos de pena, que vaga sola y errante..
Gritarás mi nombre con tanto terror, que entre sudores fríos y llantos sangrantes, pedirás clemencia ante los latigazos y puñales, que me pegaste y clavaste....
Desearás no haber nacido, te dará un infarto fulminante y cuando te conviertas en espíritu, te irás por un camino diferente al mío, porque el mío será el glorioso y el de la resurrección, para sentarme entre las piernas de mi Padre y disfrutar de la presencia del Señor...
Desgarradoras palabras, amiga Carmen.
ResponderEliminarTe quiero ver más alegre, más metiendo caña, como tú sabes.
Qué calor ojúuuu.
La mancha se derrite.
Saludosss
Querido amigo: Solo escribo lo que siento y hay dentro de mi, pues lucho con la fuerza sobrenatural, porque mi vida ya no espera nada del amor y mi única función aparte de hacer el bien es esperar lo que siento muchas y muchas veces...Un abrazo
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